El arquitecto de la "solución final” nunca mostró arrepentimiento

Israel Haiom/Aurora.- El arquitecto de la «solución final” nunca mostró arrepentimiento Actas desaparecidas y quemadas en Argentina, demandas para la apertura de archivos en Alemania, detalles que continúan en la nebulosa y una realidad evidente: un país sudamericano que recibió a líderes del nacionalsocialismo, una operación ilegal para llevar a Adolf Eichmann a juicio en Israel y la ejecución final en el año 1962 del “arquitecto” del Holocausto.
“Adolf Eichmann fue el mayor asesino de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Un monstruo encargado de

`la solución final’ de los judíos, que organizaba las deportaciones a los campos de concentración”, resume en Buenos Aires León Grzmot, presidente de la Asociación de Sobrevivientes de la persecución nazi Sherit Hapleitá.
El director de relaciones internacionales del Centro Simón Wiesenthal, Shimon Samuels, lo describe en tanto como “un contra ícono”. “Representa la banalidad del
mal, un burócrata gris que con pasión hace su trabajo de listas con 11 millones de seres humanos marcados a morir por ser judíos”, asevera.
“No mató a nadie, pero como el arquitecto, él es responsable. Faltó una cosa, lo más importante: remordimiento. Jamás, nunca. Eichmann no ha expresado ni una palabra de remordimiento para sus víctimas”, señala.
Eichmann llegó en julio de 1950 a la Argentina bajo el nombre de Ricardo Klement, con un salvoconducto del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) emitido en Italia. Dos años más tarde arribaron su esposa y sus hijos, que mantuvieron su verdadero nombre.
Pasó de ser un jerarca de las SS hitlerianas a un operario de taller mecánico, fábricas y luego trabajador en una de las plantas de Mercedes Benz en Argentina.
La noche del 11 de mayo de 1960, cuando regresaba de su jornada laboral en Mercedes Benz, fue interceptado por un grupo de hombres cerca de su vivienda en el humilde barrio de San Fernando, en los su- burbios al norte de la ciudad de Buenos Aires.
El grupo comando estaba integrado por miembros de la agencia de seguridad israelí Mosad. Eichmann estuvo secuestrado hasta que confesó su verdadera identidad y firmó una carta en la que aceptaba “voluntariamente” viajar a Israel para ser juzgado. Disfrazado, fue subido a un avión de El Al rumbo a Israel, donde en 1962 recibió la pena capital.
Hay diversas versiones sobre cómo fue descubierto en la Argentina. La desclasificación hace unos años de las actas de la CIA reveló que la agencia secreta estadounidense sabía de su verdadera identidad y su domicilio en Buenos Aires.
Samuels relata que Simón Wiesenthal, “el cazador” de jerarcas nazis, se topó en la casa de un filatelista en Viena con una tarjeta postal enviada por Klement desde la calle Garibaldi de San Fernando y pasó la información a Israel.
Los agentes israelíes aseguran que siguieron otra pista, la que dio Lothar Hermann, padre de una joven que conoció a uno de los hijos de Eichmann en Buenos Aires y quien logró identificarlo. Hermann le pasó la información al fiscal alemán Fritz Bauer, quien lanzó una exhaustiva investigación directamente con las autoridades israelíes.
La esposa del jerarca nazi, Veronika Liebel de Eichmann, inició por su parte una causa judicial para investigar el secuestro ilegal, que generó además un profundo entredicho diplomático entre Argentina e Israel que recién se superaría varios años después.

Argentina recibió a numerosos nazis en la pos guerra, entre ellos Eichmann, Mengele, Erich Priebke o Josef Schwamberger, en un complejo mecanismo a ambos lados del Atlántico y del cual se estima que el entonces presidente argentino Juan Domingo Perón no podía ser ajeno.

Pero muchas de las actas de migración y de la entonces Secretaría de Información fueron quemadas. Y entre las carpetas sobre la llegada de nazis a Argentina que fueron desclasificadas en 1992 por el entonces presidente Carlos Menem, nunca apareció el archivo sobre Eichmann.
En estos días, no sólo el 50 aniversario de la captura de Eichmann (y el 48 de su ejecución) remueve recuerdos de una historia oscura. También lo hace el reciente fallo del Ttribunal Administrativo Federal de Leipzig, que consideró que no existen razones para mantener el secreto de Estado en Alemania sobre los documentos de los Servicios Secretos (BND) sobre la huida de Eichmann a la Argentina.
Una sentencia que, de permitir su apertura en un corto plazo, pondrá a Alemania a revisar seguramente su historia de pos guerra.

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