“Coronel del Ejército libanés huye a Israel”

Una fuente de seguridad libanesa alegó que un coronel del Ejército libanés sospechoso de espiar para Israel huyó al Estado judío la semana pasada.

Líbano se quejó formalmente ante las Naciones Unidas acerca de los acontecimientos, diciendo que el espionaje es una violación de la resolución del Consejo de Seguridad para detener el conflicto de 2006. No hubo ninguna palabra oficial de Israel.

En un informe para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon (foto), declaró que estaba preocupado por las denuncias de Líbano por la presunta red de espionaje israelí en dicho país.

Las acusaciones, «si se demuestran, pueden poner en peligro el frágil cese de las hostilidades que existe entre Israel y Líbano», destacó Ban.

El secretario general de la ONU llama a Israel y Líbano a buscar un alto el fuego permanente con el fin de apuntalar la frágil paz, exhortando a Beirut a asegurar su frontera con Siria y diciendo que Jerusalén debe completar su retirada de todas las tierras al norte de la denominada Línea Azul, que separa las fuerzas israelíes y libanesas.

La ola de detenciones en Líbano se inició en abril con la detención de un ex general de brigada de la Dirección General de Seguridad. Otros dos coroneles del Ejército libanés fueron detenidos en la investigación de la presunta red de espionaje israelí que llevó a más de 50 detenciones.

Las autoridades libanesas describieron las detenciones como un importante golpe a Israel en sus esfuerzos de reunir información de inteligencia en el país.

El líder del grupo terrorista Hezbollah, Hasan Nasrala, hizo un llamamiento para ejecutar a los condenados.

Funcionarios de seguridad libaneses comentaron que al menos uno de los sospechosos estuvo involucrado en el asesinato del comandante de Hezbollah, Ghalib Awali. Awali fue asesinado en 2004 por una bomba en los suburbios meridionales de Beirut.

Hezbollah habla ahora español


Hezbollah habla ahora español La voz del grupo terrorista Hezbollah llegará a partir de ahora a los países hispanohablantes a través de una nueva página web en español de la televisión Al Manar, órgano del grupo chií libanés, con noticias locales e internacionales.

«Es natural que si queremos llegar a ellos (los hispanohablantes), hablemos su propio idioma», manifestó Yussef Wehbe, director del servicio de internet de Al Manar.
Aparte de consultar noticias en español, el usuario puede descargar de la página web los vídeos de los discursos del máximo líder de Hezbollah, el jeque Hasan Nasralá, en árabe, suscribirse a boletines o ver viñetas humorísticas.

Con un diseño en blanco, rojo y gris, el sitio divide las noticias en las secciones de política, seguridad, economía, ciencias, día de la victoria y elecciones, además de clasificarlas por zonas del mundo.

En la actualidad, sólo trabajan «tres personas de origen libanés, pero por ahora solo traducen las noticias del inglés al español», indicó Wehbe.

El director de la página web subrayó que su objetivo es elaborar «noticias que puedan interesar a España y a Latinoamérica»:
«Estamos en una primera fase que es de traducción, pero pasaremos a una segunda para dirigirnos a los países de habla hispana, es decir, principalmente a España y América del Sur», agregó.
La página web tendrá de plataforma el sitio Web de internet de Al Manar, que recibe una gran cantidad de visitas árabes en todo el mundo.
La cadena de televisión Al Manar fue prohibida en la UE y EEUU, por ceder espacios a organizaciones terrorista como Hezbollah en sus transmisiones.

Siria es el vértice de un triángulo peligroso

por Aurora-Israel.-Así como Hamás es responsable por la destrucción de Gaza y la desaparición de la poca esperanza que tenían los palestinos de vivir en forma normal, Hezbollah es el dueño del destino del Líbano, como se puso al descubierto en el verano de 2006.
Mientras que Israel libra una dura batalla en el intento de poner fin a los ataques terroristas contra la población civil, Hezbollah continúa recibiendo armamento de Irán por medio de Siria.
Dos veces en una semana, los pobladores del norte del país debieron entrar en los refugios para protegerse de los cohetes Katiusha que los terroristas lanzaron desde el Líbano sin motivo alguno. Israel no tiene ningún conflicto de territorios con el país vecino del norte y así lo manifestó en reiteradas ocasiones.
Si es cierto lo que dicen las autoridades de Beirut y las de Hezbollah en el sentido que los disparos fueron efectuados por facciones palestinas en protesta por los sucesos de la Franja de Gaza, también lo es que nadie puede hacer nada en el sur del Líbano sin el consentimiento de los terroristas que lidera Hasan Nasralla.
Es por eso que no podrán esconder la cabeza en la arena y decir que no sabían nada si Israel se ve obligado a tomar medidas operativas para frenar estos ataques ni tampoco recurrir a la ONU y otras organizaciones internacionales pidiendo protección.
La situación en esta región de Oriente Medio es demasiado complicada y sensible como para que alguien, por más desaforado que sea, tenga la idea de abrir un nuevo frente de combate, en el que los primeros perjudicados serán civiles de ambos lados de la frontera.
El otro protagonista central de conflicto, Siria, alimenta ideológicamente a Hamás y estimula la acción de Nasralla, mientras que, simultáneamente, pretende recibir el reconocimiento del mundo occidental como un país pacífico y de Israel la devolución de la meseta del Golán, después de negociaciones.
Nada es posible en medio de acciones bélicas: ni vivir en paz, ni negociaciones, ni reconocimiento. Lamentablemente, los líderes árabes no cambian su retórica ya gastada y se dedican a avivar el fuego de la desesperanza de sus pueblos en lugar de dirigir la energía a construir una sociedad mejor.
El presidente Bashar Al-Asad sabe que tiene en el bolsillo la clave para cambiar la situación y sacar a la región del estado de guerra en que está inmersa pero mientras solamente cumpla el papel de títere de Irán, el pueblo sirio no saldrá de la pobreza en la que lo sumergió Asad padre primero y su hijo después.