“Mi lucha”, de Hitler, es un éxito en Japón

La vida de un Adolf Hitler de estética manga en la adaptación de «Mein Kampf» («Mi lucha») al popular formato de cómic japonés levantó estos días la polémica en la red y disparado, a la vez, las expectativas de ventas de la editorial.

Según Kosuke Maruo, el editor de esta versión, «la intención es que un libro tan famoso como ese sea accesible y que la gente lo lea más fácilmente», aunque matiza: «No queremos hacer apología de unas ideas que condujeron a una tragedia, sino que cada uno se forme una opinión».

Maruo admitió que, cuando el diario Asahi se hizo eco del éxito de la adaptación del libro de Hitler, recibieron correos electrónicos pidiendo la retirada del manga, argumentando que no es bueno que se publique esa obra con el formato favorito de los niños.

Desde su publicación el pasado noviembre, las ventas de ese relato autobiográfico de Hitler se dispararon en los primeros seis meses en el mercado y ya superan los 50.000 ejemplares, por encima de las previsiones iniciales de la editorial East Press.

En las páginas de venta on-line de Japón, los internautas se muestran mayoritariamente favorables a su publicación, como quien asegura que «es bueno conocer el hecho para no repetirlo», mientras otro opina que «no lo habría leído si no fuera ilustrado».

«Mein Kampf» superó en ventas a otros mangas de la misma colección, como «La metamorfosis» de Franz Kafka o «El mercader de Venecia» de William Shakespeare, aunque no ha alcanzado la popularidad de la obra de otro germano, «El capital», de Karl Marx, que ha vendido 120.000 ejemplares.

El libro está prohibido en Alemania desde la caída del régimen nazi aunque en 2015 el Ministerio de Finanzas del Estado de Baviera, que retiene los derechos del manifiesto de Hitler, perderá la potestad para evitar su reproducción.

Maruo se ha encargado de compilar la historia de la fundación del Nacionalsocialismo, la llegada de Hitler al poder y el genocidio cometido durante su mandato en un manga de 190 páginas para dar una visión «humana, a pesar de que fue un monstruo», según asegura.

Con trazos en blanco y negro y una estética muy similar al manga japonés de corte realista, recuerda la transformación del joven Hitler en un líder de masas y un genocida responsable de la muerte de millones de judíos durante una guerra en la que Alemania fue aliado de Japón.

El manga, un formato de gran popularidad en Japón, ha sido desde hace siglos una manera muy extendida de extender la cultura y contar historias a través de viñetas.

Esta no es la primera vez que la obra de Hitler genera debate en Japón, donde desde 1973 existe una edición de bolsillo.

Hace diez años, la Embajada alemana pidió a la editorial de esa traducción de «Mein Kampf» que dejara de publicarla, pero en virtud de la Convención de Berna para la protección de las obras literarias, Japón puede publicar obras extranjeras anteriores a 1970 si no se tradujeron en los primeros diez años de su lanzamiento.

Además, en 2004 se intentaron exhibir acuarelas del dictador alemán en Tokio, algo que generó tanta controversia mundial que obligó a la suspensión del evento. EFE y fuentes propias

Aurora-Israel