El 68 por ciento de los árabes israelíes elige comprar productos alimenticios israelíes

Israel Haiom/AJN.- La cadena de supermercados Big Zol realizó una encuesta y anunció que abrirá 15 tiendas en ciudades árabes en el plazo de cinco años. Según las cifras, 50 por ciento de la población árabe compra comestibles en mini mercados locales, mientras hubo un aumento del 37 por ciento en las compras en ciudades judías.
La cadena de supermercados Big Zol abrirá 15 nuevos comercios en ciudades árabes dentro de los próximos 5 años con una inversión de 80 millones de shekels o 20,9 millones de dólares.
Con antelación a la decisión, la cadena realizó una
encuesta en la que participaron 500 árabes israelíes. Como resultado, se descubrió que el 68 por ciento de los ciudadanos árabes israelíes prefiere comprar productos de fabricación israelí.
El trabajo también encontró que el 50 por ciento de los compradores hacen sus compras en los mini mercados locales. No obstante, en los años recientes, se ha registrado un aumento en los patrones árabes, que hacen sus compras de comestibles en supermercados de ciudades judías, con un aumento del 37 por ciento.
Lo que es más, el promedio de gastos mensuales en comestibles por familia del sector ha permanecido estable en los últimos 4 años. La familia árabe promedio gasta alrededor de 550 dólares en alimentos.
Pareciera que el sector árabe tiende a extender sus compras a un número relativamente alto de puntos de venta: verduleros, carniceros, panaderos, por ejemplo. En promedio, una familia árabe tipo compra sus alimentos en 4,2 puntos de venta diferentes, a diferencia de una familia judía tipo, que visita sólo 3,2 puntos. Lo que es más, casi la mitad de casas del sector árabe en Israel compra alimentos en al menos 5 de los puntos de venta.

Con un click puede hacer mucho  – – –

Árabes se estan mudando a áreas judías

Yusef Majlaton se mudó al barrio de Pisgat Zeev, en Jerusalén, en busca de comodidades como un servicio regular de agua corriente y recogida de basura. Pero Majlaton representa un giro inesperado y potencialmente volátil en la disputa israelo-palestina sobre la ciudad.

Ese barrio residencial en las colinas de la capital fue construido para judíos, y Majlaton es palestino.

Pisgat Zeev es parte del esfuerzo de Israel para fortalecer su presencia en la mitad oriental de Jerusalén, que capturó en la guerra de 1967.

Pero Majlaton, su esposa y tres hijos están entre miles que han cruzado las líneas divisoras a Pisgat Zeev y otros barrios similares en una migración que está enfureciendo a algunos residentes judíos.

No fue la política de esta disputada ciudad lo que llevó a Majlaton a Pisgat Zeev, sin embargo; fue la perspectiva de escapar de las calles llenas de baches y de la escasez de servicios municipales que ha sufrido durante 19 años residiendo en un barrio árabe.

«¿Ves ese aire acondicionado?», dice, señalando al enorme aparato que enfría la sala de estar. «En las áreas árabes, la electricidad es demasiado débil para tener uno tan grande».

Majlaton, de 50 años, dice que algunos vecinos judíos se están mostrando más cálidos con él, pero el influjo molesta a otros, que dicen que están pensando en mudarse o se niegan vender o rentar residencias a árabes.

Esto es mucho más que un simple asunto de bienes raíces. La demografía pudiera tener un papel vital en cómo se dividida Jerusalén en un futuro acuerdo de paz. Si ello sucede, se espera que la ciudad sea dividida a lo largo de líneas étnicas _ los barrios judíos para Israel y los barrios árabes para Palestina.

Los palestinos consideran el oriente de Jerusalén como la capital de un futuro estado. El primer ministro israelí Benyamin Netanyahu, en tanto, dice que la ciudad seguirá unida como capital del estado judío.

Los palestinos tradicionalmente han acusado quienes venden tierras a judíos de traicionar a su patria, y recientemente se escucharon quejas de ese tipo de un grupo de rabinos. Reunidos en Pisgat Zeev, los rabinos emitieron un edicto en el que condenaron a los judíos que venden terrenos a árabes como «traidores» y les prohibieron participar en servicios comunales de oraciones.

«Ésta es una guerra, y si los árabes conquistan un barrio, van a conquistar otros y van estrangular a los judíos», dijo Hillel Weiss, portavoz del «Nuevo Sanhedrin», que toma su nombre del tribunal supremo del antiguo Israel.

En el 2007, el último año para el que hay estadísticas disponibles, aproximadamente 1.300 de los 42.000 residentes de Pisgat Zeev eran árabes. En la vecina French Hill, con 7.000 habitantes, aproximadamente una sexta parte son árabes, entre ellos estudiantes de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Neve Yaakov, con 20.000 habitantes, tenía 600 árabes, de acuerdo con el Centro Israelí de Estudios de Jerusalén.

Semanas después de la guerra de 1967, Israel se anexó el oriente de Jerusalén, con sus importantes sitios sagrados judíos, musulmanes y cristianos, en un paso no reconocido por ningún país en el mundo. Los israelíes continúan construyendo viviendas en esas áreas en desafío de las críticas de la ONU.

Netanyahu dice que los árabes tienen derecho a vivir en cualquier parte de la ciudad, al igual que los judíos, aunque el Barrio Judío de la Ciudad Vieja no admite residentes árabes.

El alcalde y los concejales son judíos. Casi todos los árabes de la ciudad se niegan a votar o presentarse en las elecciones municipales, diciendo que ello implicaría un reconocimiento del dominio israelí. Pero eso les priva de poder en una competencia por cómo se emplean los fondos de la ciudad.

En la actualidad, mientras que el occidente de Jerusalén es abrumadoramente judío, el oriente es una mezcla de etnias. Más de 180.000 judíos viven allí, la mayoría en lugares como Pisgat Zeev, pero también en enclaves en áreas árabes. Casi todos los 220.000 palestinos de la ciudad viven en barrios orientales.

Irónicamente, gran parte de la migración árabe fue lanzada por la barrera de separación que Israel comenzó a construir en Cisjordania en el 2002 durante una ola de ataques suicidas. Su segmento de Jerusalen serpentea para abarcar la mayor cantidad posible de barrios judíos y hace a barrios árabes parte de Cisjordania.

El muro dejó a decenas de miles de árabes de Jerusalén varados en la «parte de Cisjordania», y muchos se mudaron a barrios árabes en el lado de Jerusalén para tener mejor acceso a empleos y escuelas. Pero una escasez de viviendas en esos distritos está forzando un flujo árabe a áreas judías, dicen residentes de bienes raíces.

Esas áreas están «menos atestadas, uno puede vivir en una casa, y hay calles, parques y lugares donde jugar», dijo Mukhless Abu el-Hof, un abogado árabe israelí que tiene una casa en Pisgat Zeev. «En los barrios árabes, no hay nada».

El residente judío Shlomi Cohen, de 37 años, dijo que el influjo árabe le hizo vender su vivienda y mudarse a otra parte de Pisgat Zeev. «Si un árabe se muda al edificio y alguien quiere comprar y sabe que un árabe vive allí, esa persona no va a comprar», dijo.

Yael Antebi, director del diario comunitario de Pisgat Zeev y concejal de Jerusalén, dijo que los adolescentes árabes y judíos a veces se enredan en trifulcas, jóvenes árabes hostigan a muchachas judías y los padres temen que sus hijas salgan con árabes.

Majlaton y su esposa son cristianos y hablan hebreo. Dice que sus vecinos inicialmente se mostraron fríos, pero que gradualmente se han vuelto más amistosos.

Dijo que desde que se mudó ha ayudado a unas 30 familias árabes a mudarse y recibe llamadas de posibles inquilinos casi a diario.

Aunque su motivación principal fue la calidad de vida, Majlaton dice que vivir Pisgat Zeev es «un acto nacionalista», una forma de afianzar la presencia árabe en la ciudad en que nació.

Piensa además que líderes palestinos deberían seguir su ejemplo.

«Ellos deberían traer a todos los árabes a Pisgat Zeev», dijo. «Yo les ayudaré a encontrar casa, uno a uno».

Invítame un café

Brasil: Preocupación en la comunidad judía por aumento del antisemitismo

AJN.- En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias, el vicepresidente ejecutivo de la Federación Israelita de San Pablo, Ricardo Berkiensztat, aseguró que el antisemitismo «se está agrandando en Brasil» y expresó su preocupación por las garantías de seguridad en ese país.

El vicepresidente ejecutivo de la Federación Israelita de San Pablo, Ricardo Berkiensztat, confirmó que el antisemitismo «se está agrandando en Brasil» a partir de la ofensiva que había lanzado el Ejército de Israel sobre la Franja de Gaza contra la organización terrorista Hamas.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Berkiensztat confirmó que la dirigencia de la comunidad está preocupada por “la seguridad” de las instituciones y de sus miembros, aunque valoró el aporte realizado por las autoridades policiales de ese país.
«Estamos un poco más atentos a todo lo que pasa. Hay un alerta y trabajamos con la policía con mucho más intensidad», afirmó Berkiensztat.
El dirigente subrayó que para la comunidad judía de Brasil es “importante no traer el conflicto (en Gaza) para Latinoamérica, como ocurre en Venezuela o Bolivia”.
Berkiensztat destacó que “en Brasil, las comunidades judías y árabes viven muy bien, hay una tranquilidad, una armonía, y no podemos quebrar o romper con este tipo de convivencia».
«No queremos tener en Brasil, los problemas que tuvieron en Buenos Aires con los atentados, porque ahora es algo global y tenemos que cuidar de la comunidad y el país en que vivimos», enfatizó.
El vicepresidente de la Federación Israelita de San Pablo explicó que también es motivo de preocupación la información que publica la prensa, por lo que decidieron enviar artículos para exponer «el punto de vista de Israel».
Berkiensztat aclaró que «el antisemitismo (en Brasil) no está viniendo de los árabes sino de los partidos políticos de izquierda radical» que con sus manifestaciones y con los minutos de televisión que el gobierno les da, muestran «escenas de campos de concentración nazis, diciendo que Israel mata a nuestros niños y a nuestra gente».
«Esto llega a todos los brasileños con información falsa», expresó con preocupación, Berkiensztat.
Por su parte, Salomón Aizenman, presidente del Centro Israelita de Costa Rica, confirmó a AJN que viven «con suma preocupación» el conflicto en la Franja de Gaza porque «la opinión pública se moviliza cuando la televisión presenta imágenes de niños muertos y heridos y se olvida del propósito inicial de autodefensa ejercido por el Estado de Israel».
«La preocupación radica no sólo en un cambio en la opinión del ciudadano común, sino en la ejecución de actos antisemitas y antiisraelíes», comentó Aizenman, como las marchas de activistas palestinos y estudiantes universitarios de izquierda de la Universidad de Costa Rica.
El presidente de la comunidad también recordó que hay «un piquete de una señora musulmana costarricense casada con un árabe, en el edificio donde se aloja la Embajada de Israel».
Desde Nicaragua, el presidente de la Congregación Israelita, Gerald Smith, comentó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que no se vio en ese país una aumento del antisemitismo aunque en los últimos días rompieron y robaron una menorah (candelabro) que estaba ubicada en la avenida Jerusalem de la capital Managua y hubo una manifestación propalestina frente a la Embajada de Estados Unidos en el país.
«Siempre estamos preocupados (por el antisemitismo) pero no hemos cambiado nuestro modo de vida», explicó Smith.
JR-ES-GB